Trasteamos, toqueteamos, destroquelamos y manoseamos los componentes del nuevo juego de Fantasy Flight, que llegará en español en unos meses de la mano de los sevillanos Edge.
¿Merecen la pena los componentes como para pagar los 80€ que -presumiblemente- valdrá cada ejemplar?
La archiconocida saga «Canción de Hielo y Fuego» del americano George R. R. Martin, llega ahora a nuestras mesas en forma de juego de batallas con miniaturas, habiendo pasado ya por otras encarnaciones como otro juego de tablero (Muy bueno, he de añadir), juego de cartas coleccionable y dos juegos de rol. Pendientes estamos los fans de esa futura adaptación a la TV de la saga y de que este orondo señor termine de escribir el 5º libro de una santa vez. George, majo, menos convenciones, menos partidos de los NY Jets (Que si, que este año a lo mejor hasta llegais a la Super Bowl y todo, Sanchez mediante) y más darle a la tecla, que la espera es insufrible.
Ahora, tenemos este juego «Battles of Westeros», bajo el subtítulo de «A Battlelore Game», lo cual ya nos indica varias cosas: un sistema de juego similar a las series «Battelore», «Memoir 44», «C&C:A»…, miniaturas por doquier y un sin fin de expansiones por llegar.
Abrimos la caja y nos encontramos varias bandejas de contadores prestos a ser destroquelados, multitud de ellos, dado que tienen un papel importante en la mecánica del juego (eso ya daría para otra reseña, pero estos contadores servirán para dar ordenes a nuestras tropas en el campo de batalla), así como los estandartes que llevarán nuestras tropas.
Si conoceis ya el «Battelore», el tablero de juego os será familiar. De gran tamaño, y organizado por hexágonos, representa el campo de batalla sin ningún tipo de orografía. Esta ya viene junto con los contadores, tanto en secciónes de hexágonos individuales, representando colinas, caminos, rios, etc. así como en conjuntos de tres tambien reprensentando caminos y rios.
El grafismo de estos elementos es, a mi juicio, sobresaliente, tal y como nos tiene acostumbrados la editorial americana. La misma calidad gráfica podemos encontrar en las cartas que acompañan al juego, entre las que encontramos tanto las que nos ofrecen las estadísticas de las tropas que dirigiremos en el campo de batalla y sus líderes, como aquellas cartas que nos permitirán indicir en las órdenes y tácticas a utilizar en el juego. A nivel de mecánicas, estas cartas siguen siendo muy importantes, pero tienen un papel «menor» si comparamos este «Battles of Westeros» con «Battlelore» (Nuevamente, esto daría para otra reseña).
Y puestos a comparar con «Battlelore», recordemos que no en vano el juego lleva este nombre en su subtítulo, la mayor comparación debe darse entre las miniaturas.
El juego contiene dos ejercitos, los de la Casa Stark y los de la Casa Lannister. Presumiblemente aparecerán complementos para ambas casas y nuevos ejercitos de otras facciones en futuras expansiones. Tambien contamos con miniaturas de los distintos líderes o heroes que se encargarán de dirigir cada ejercito.
Reconozco que a primera vista, las miniaturas me parecieron más canijas que las del «Battlelore», con una escala menor, pero lo cierto es que tienen un tamaño similar. En esta foto, tomada de la Bgg, podeis ver la comparativa:
Como veis, tamaño y detalle similar, quizás esto último más apreciable en las miniaturas de heroes que en las de tropas. Sin embargo, a mi juicio, la calidad de las miniaturas es ligeramente inferior o al menos por debajo de lo esperado en cuanto al precio del juego.
El plástico es algo endeble, dando una sensación de fragilidad que se acentúa cuando tratamos de insertar las miniaturas en sus peanas. Esto se aprecia sobre todo en las miniaturas de caballería, en las que, si no las colocamos con cuidado podemos doblar las patas de los caballos. Lo mejor es usar super glue y pegar todas las miniaturas con cuidado.
Otro aspecto es el tema de los estandartes. En «Battlelore» los encontrabamos de una sola pieza, mientras que aquí tenemos por un lado el mastil de plástico, que se inserta en la peana de las miniaturas, y por otro los estandartes en sí, de cartón que se insertan en el mastil. Un poco engorroso de cara al setup de cada escenario. A eso hay que unir que, por mecánicas del juego, hay que estar rotando continuamente el estandarte sobre la peana para indicar que unidades han sido utilizadas durante el turno. Me consta que hay quien utiliza métodos menos fastidiosos como el uso de marcadores para este fin.
En cuanto al resto de componentes, dos manuales, uno con las reglas generales del juego y otro con los escenarios, con la calidad y grafismo acostumbrados por esta casa, un marcador de turnos y otro para controlar la moral de las tropas (Interesante añadido). Y los dados, dados de 8 caras (Rompiendo con lo habitual en los juegos de la serie, 6 caras) de bastante mejor calidad que los de «Battlelore», siendo satinados y corriendo menos peligro de que se borren las caras de los mismos por el uso, algo que ya ocurrió con los de «Battlelore», aunque Days of Wonder (antigua propietaria de la marca) se afanó en enviar gratuitamente a los compradores del juego reemplazos gratis.
Volvemos a la pregunta inicial ¿Merece la pena el precio a pagar? Pues depende, oiga. Desde luego, a nivel de componentes, no estamos hablando de un «World of Warcraft», «Stacraft» o un «Descent», y más o menos pinta que va a salir su edición en castellano por el mismo precio. Sinceramente, creo que el precio es pelín abusivo. Aun así, esto es especulativo, el juego no ha salido aun a la venta al castellano y no conocemos su P.V.P definitivo.
No entro ya a valorar la calidad del juego en sí, que creo que tiene bastante por lo poco que he podido probarlo, o al menos la suficiente como para plantearse la compra teniendo ya el «Battlelore» (añadiendo mecánicas nuevas otras sacadas de expansiones que aparecieron posteriormente) y siendo fan de la saga.
Como ya he ido repitiendo a lo largo de esta entrada, eso daría ya para otra reseña.