Autor: Rustan & Nina Håkansson / Einar & Robert Rosén
Arte: Varios
Editorial: Lautapelit.fi / Asmodee
Año de publicación: 2013
Número de jugadores: 1-5
Duración: 40 minutos/jugador
Tipo de juego: Civilización / Cartas / Roles variables
Curva de aprendizaje: Media
Dependencia del Idioma: Media
Rejugabilidad: Enorme por la cantidad de cartas
Board Game Rank: 41
Introducción
Hace poco tuve el placer de probar por primera vez Through The Ages (TtA), el típico juego que todo jugón debe probar al menos una vez en su vida y que muchas veces da pereza ponerse con él. El juego es una auténtica maravilla pero con una duración muy elevada.
Yo era jugador de Nations, pero hasta que no probé TtA no me di cuenta del parecido entre ambos juegos. Parece que los autores hablaron con Vlaada Chvatil para pedirle, en cierta manera, permiso para usar su TtA como inspiración de Nations y hacer un juego similar al del checo pero que durase la mitad.
En Nations somos, obviamente, una nación antigüa (a elegir entre Romanos, Persas, Chinos, Egipcios y Griegos) que avanzaremos a lo largo de 4 épocas de la historia (Antigüedad, Medievo, Renacimiento e Industrial) hasta principios del siglo XX. La nación más poderosa al final de esas cuatro eras será la que se alzará con la victoria.
El juego
Tras elegir con qué nación queremos jugar decidiremos por qué lado de la cartulina queremos hacerlo, el estándar para todas o la parte que varía algo respecto a nuestros enemigos. Además elegiremos el hándicap con el que se pueden igualar las fuerzas de los jugadores y ambas cosas hacen que el juego sea variable.
No voy a entrar en todos los recovecos de Nations porque quedaría una reseña muy larga. En la ayuda se explica perfectamente el orden en que se hace todo así que vamos a ver un poco por encima qué podemos hacer en nuestro turno.
La finalidad del juego es conseguir puntos y eso es posible haciendo progresar nuestra nación. Al progreso ayuda la recolección de recursos (dinero, piedra, puntos y comida) que hacen que podamos aumentar nuestra cultura, nuestro nivel militar y la estabilidad que seamos capaces de lograr.
Todo ello es posible con las cartas, tanto las iniciales (dibujadas en nuestro tablero personal) como las que vayamos adquiriendo con nuestro esfuerzo. En esas cartas iremos situando trabajadores que son los que al final nos van a producir los deseados recursos.
Las cartas simulan varios aspectos de nuestra nación: las azules son edificios, las verdes colonias, las rojas unidades militares, las negras guerras, las grises batallas, las marrones maravillas, las naranjas consejeros y las amarillas edades doradas. Cada una se usará en una parte del tablero o se descartará dependiendo del tipo.
Al final, todas ellas iran proporcionando recursos de uno u otro tipo y la correcta elección de las mismas con respecto a nuestras necesidades, es lo que hará que nuestra nación termine haciéndose con la victoria.
En Nations no hay muchas acciones posibles, únicamente hay 4, pero cada uno de los 8 turnos es crucial en nuestro progreso. Además hay que tratar de adivinar qué van a hacer los rivales porque, a diferencia de TtA, no hacemos nuestro turno completo, sino que vamos realizando una acción cada uno hasta que pasemos todos.
Una vez hayamos decidido pasar, o lo haya hecho por nosotros la escasez de algún recurso, nos enfrentaremos a la fase donde se resuelve cada turno. En esta fase recogeremos la producción de recursos, comprobaremos los resultados de la guerra (global en contraposición a TtA) y solventaremos la hambruna de nuestros ciudadanos. Todo esto hay que anticiparlo durante la ronda de acciones para evitar posibles pérdidas o paliarlas en la medida de lo posible.
Al final de la partida se contarán los puntos hasta ahora logrados (los que tenemos físicamente y los que nos dan los edificios y maravillas), y se sumarán todos nuestros recursos y la posición en cada uno de los tracks y lo dividimos entre 10 que, junto con los puntos de antes, nos dan el total conseguido.
Opinión personal
Nations no es un juego complicado, es un juego que cuesta explicarlo, que cuesta cogerlo, pero que al final tiene unas mecánicas muy sencillas. Una vez lo pillas el juego fluye con facilidad. Otra cosa es jugar bien.
La capacidad de adaptación es lo más importante en Nations. Otra vez aparece por aquí TtA, en este juego salen todas las cartas en la partida y en Nations sale un porcentaje pequeño de las mismas con lo que no podemos predecir qué es lo que va a salir y que no saldrá. Podemos intentar centrar nuestra partida en el poder militar y que no salgan cartas rojas. Podemos intentar que nuestras colonias produzcan recursos y que no salgan cartas verdes. Podemos tener un consejero que pondera la estabilidad y andar siempre metido en revoluciones.
Además nuestra turno irá dependiendo de lo que hagan los rivales. Ser primero es importante siempre que nos aprovechemos de ello. A veces es mejor quitar una carta a un rival que coger la que más nos conviene. Otras veces intentaremos poner la guerra a nivel bajo para no pasar penurias a costa de perder ese consejero que tanta falta nos hace.
Al final nos encontramos ante un juego de gestión de recursos muy cruel, rara es la partida en la que no estás al límite de la cordura intentando conseguir el recurso que tanta falta te hace. A eso se suman los eventos, las guerras, la hambruna, la sobrepoblación (que nos pedirá más comida o hará más inestable la nación),…
Nations, como digo, es cruel aunque puede llegar a perdonar los fallos hasta cierto punto. Es un juego muy directo, sin apenas entreturno y con mecánicas muy sencillas. Todo el rato estás haciendo algo y la mayor parte del tiempo hay una interacción directa con los rivales.
A mí es un juego que me encanta y que por lo que sea se me da especialmente bien jugarlo. Me paso media partida farfullando por mis errores y rezando para que no me quiten las cartas que deseo con todo mi alma, pero a la vez disfruto cuando veo que al final del turno estoy donde quería estar, o al menos no tan mal como están mis contrincantes.
Pero también hay cosas malas. La más importante es la falta de tema. A mí por mucho que me vendan que es un juego de civilizaciones no me lo trago. Es un juego de gestión de recursos con dibujitos de soldados, casas, señores o países. Te da lo mismo ser Persia y tener el Palacio de Versalles, Samurais, una colonia en Brasil o a Ghandi como consejero, al final terminas fijándote en los símbolos que es lo que te importa.
Lo de la caja merece un capítulo a parte. La coges, la abres y te echas a llorar cuando ves que te caben dentro otros 8 juegos iguales. En serio, aunque saquen todas las expansiones que sean capaces de inventarse no creo que haya narices de llenar esa caja. Ni aunque saquen miniaturas para todos los soldados y consejeros que aparecen en las cartas.
En cuanto a materiales, escasito. Muchas cartas de buena calidad, un par de tableros correctos y luego las cartulinas de cada nación y la maderita que tampoco es que sea tanta. Por el precio que tiene es un suspenso si el juego no fuera tan bueno. El arte es correcto sin más, la portada es impresionante pero luego hay tantas cartas que es imposible hacer un trabajo similar.
Lo conseguido por la gente de Lautapelit es digno de encomio, una experiencia similar al TtA con una duración contenida, que lo puedes jugar casi con cualquiera y en la que no te da tiempo a echarte 3 partidas de Star Realms en el móvil entre cada turno. Y encima funciona. El juego es un puñetero reloj suizo, nada te chirría y todo tiene sentido. Y encima con una rejugabilidad brutal.
Para mí, un must have.